miércoles, 7 de abril de 2010

Una joven llamada María de Coccicao

Una joven llamada María de Coccicao, que residía con su hermano en Lisboa, fue arrestada por los inquisidores y colocada en el potro (instrumento de tortura en que se tensionan las piernas y brazos). Los tormentos que sintió le hicieron confesar los cargos contra ella. Aflojaron las cuerdas y fue llevada de vuelta a su celda, donde permaneció hasta que hubo recobrado el uso de sus extremidades; fue entonces traída de vuelta ante el tribunal para que ratificara su confesión. Se negó absolutamente, diciéndoles que lo que había dicho le fue sacado a la fuerza. Los inquisidores ordenaron que fuera torturada otra vez y la debilidad de la naturaleza prevaleció y repitió su confesión anterior. Fue inmediatamente devuelta a su celda. Cuando fue presentada por tercera vez ante el tribunal le ordenaron que firmada su primera y segunda confesión. Respondió como antes, pero agregó: "Dos veces he dado lugar a la fragilidad de la carne, y quizás pueda, mientras sea torturada, ser lo suficientemente débil para caer otra vez; pero estén seguros de esto, si me torturan cien veces, apenas me liberen negaré lo que me fue sacado a través del dolor". Los inquisidores entonces ordenaron que la pusieran en el potro por tercera vez. Durante esta última prueba soportó los tormentos con la fortaleza mas extrema y no pudo ser persuadida de responder ninguna de las preguntas que le hicieron. A medida que su coraje y constancia aumentaron, los inquisidores, en vez de hacerla matar, la condenaron a ser azotada en las calles y al destierro por diez años.

siempre habra una nueva oportundad, pero dejemonos de ser conformistas... tu estas feliz con lo que has hecho? has hecho suficiente?


No hay comentarios:

Publicar un comentario